martes, 17 de febrero de 2009

El hecho de ser o considerarse un flogger ha sido criticado desde algunos sectores sociales haciendo hincapié en la sobreexposición de los adolescentes, señalando la particularidad de la publicación de fotos sugerentes, o en algunos casos escasas de ropa, ya que Fotolog.com no presenta un filtro para su protección, ni requiere una edad mínima para su registro.[2] Sin embargo, si bien existe la posibilidad de publicar ese material, es poco frecuente, ya que tales fotos son borradas por parte de los administradores del sitio y suelen causar el cierre del flog.
El fenómeno también es criticado por poder resultar tendiente a la frivolidad y superficialidad.[3] Los floggers suelen ser catalogados como estereotipados y seguir un patrón común de conducta y estilo, por lo cual suelen ser motivo de burla o rechazo por parte de otras subculturas de jóvenes, principalmente desde los «cumbieros».[4] [5] Otras tribus que los criticaron por su relación con la moda, lo referente a lo comercial, y la falta de una ideología política y social, fueron los rolingas, los punks y los metaleros. Los floggers son una tribu originada en sectores socioeconómicos adinerados, por eso las personas que rechazan la tribu los llaman también "chetos" (término referido a un joven adinerado y frívolo, equivalente a los términos "fresa" en Méjico y "pijo" en España). Hay casos donde un joven que pertenecía a una tribu urbana, la dejó para unirse a la de los floggers (tema del que trata la canción "Los floggers" de la banda de cumbia villera El perro), lo cual es visto comúnmente como una traición o como una forma de corromper la integridad, la moral o los valores de uno a cambio de simpatía en otros grupos humanos, fama, aceptación en otra tribu, o cualquier otro tipo de beneficio personal en desdén de las amistades anteriores ("venderse"). Esto queda evidenciado por las críticas que recibieron durante las entrevistas hechas a los floggers, donde el tema del consumismo relativo a los floggers era el eje de la nota

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